"Soy un hombre que lleva un doble vida. Puedo hacer las mismas cosas en la fotografía que en la pintura"
Man Ray, uno de las
figuras más importantes en la transfiguración del arte y la fotografía a
principios del siglo XX. Su verdadero nombre es Emmanuel Radnitzky, hijo de
inmigrantes rusos, nació en Filadelfia el 27 de agosto de 1890. Realiza
sus estudios en la Hihg School y La Escuela de Bellas Artes del Francisco
Social Center de Nueva York. En 1913 pinta su primer cuadro cubista, un
retrato de Alfred Stieglitz. Se casa con Adon Lacroix y se bautiza como
Man Ray.
Man Ray fue cuestionado
por su práctica artística en un medio hasta entonces conservador que exigía a
la figura del artista definirse a partir de un sólo medio; sin embargo, logró
traducir en la fotografía sus inquietudes plásticas. Su primera exposición
en 1915 mostró su trabajo en pintura y dibujos, así como su primer objeto
dadaísta; conoce a Marcel Duchamp, que fué una figura relevante en su
vida.
Compra su primera cámara
con la idea de hacer reproducciones de sus cuadros. Con Duchamp participa
en experimentos fotográficos y cinematográficos y en la publicación del número
único de New York Dadá. Su cercana amistad con él influyó respectivamente
en el trabajo de ambos, resultando en una creativa colaboración. Fue el gran
inventor de la técnica de la solarización (rayogramas), un proceso fotográfico
en el que una imagen dispuesta en un material sensible a la luz invierte sus
tonos de manera total o parcial.
Durante su estancia en
París (1921), retrató a grandes personajes contemporáneos como James Joyce,
Gertrude Stein y Jean Cocteau. Conoce a Kiki de Montparnase con la cual
vive hasta 1929. Se unió al movimiento Dadá y luego a los
Surrealistas. Lo interesante en su obra es que no es entendida como un
registro fotográfico de "ready mades"; capturó objetos cotidianos
para presentarlos como obras de arte, de la misma manera en que Duchamp
convirtió un urinario en una pieza artística. En 1925, su obra formó parte de
la primera exposición surrealista en la Gallerie Pierre de París compartiendo
escena con Jean Arp, Max Ernst, Joan Miró y Pablo Picasso
Poseedor de una fértil imaginación, y siempre al frente de las vanguardias, experimentó con todos los medios posibles: pintura, escultura, fotografía y películas.
Man Ray fallece en
Francia en 1976 y es enterrado en el cementerio de Montparnasse.
Intuitivo y emocional su
obra se reparte entre bodegones y naturalezas muertas por un lado y retratos
-de los personajes más significativos de la época que le tocó vivir- y desnudos
protagonizados por mujeres fatales por otro.
Retratos que aparte de su valor
documental, son concebidos como una reflexión cercana a lo psicológico del
personaje, acentuando su tratamiento formal para acercarse a él.
Sus objetos,
en los que podemos incluir los rayogramas, con composiciones muy estudiadas,
transcienden de lo cotidiano para tomar vida propia y formar parte de un mundo
onírico, en el más puro estilo surrealista, en el que las cosas no son lo que
son. No se trata de fotografiar la realidad sino de recrearla.
Desnudos, casi
teatrales, que nos presentan, en perfecto equilibrio, a mujeres llenas de
atractivo sexual, pero que entran a formar parte de un juego compositivo.